miércoles, 28 de enero de 2015

El desafío de lo alternativo: temas para una transición (1)

El desafío de lo alternativo: temas para una transición (1)

Por Manuel Salazar. 


El planteamiento de que lo alternativo pacte con la Convergencia un compromiso para un gobierno de transición a partir del 2016 requiere también  de  que  aquel  precise en su discurso cómo entiende el cambio, y no dejar las cosas en planteamientos generales que como muy bien sugiere Guillermo Cifuentes en su entrega del pasado 21 de enero aquí mismo en Acento, no expresan posturas de demarcación y pueden ser interpretadas de indistintas maneras.

Desde mi adhesión al Frente Amplio, su candidatura presidencial y propuesta programática,  sugiero  un  tema  con tres componentes para la reflexión: Cuál  país, cuál Estado, cuál desarrollo.  Comienzo por el primero.

País-Isla, enclavado en el Caribe y LatinoaméricaUna esencial cuestión a tomar en cuenta en la definición, de un rumbo de desarrollo, es el hecho de que nuestro país es una isla, esencialmente montañosa, compartida con otro Estado y enclavada en un contexto más amplio, el Caribe y América Latina.
Estas son identidades que deben ser tenidas en cuenta en cualquier proyecto de desarrollo nacional que se proponga un uso racional de sus recursos, y para establecer políticas de complementariedades y beneficios recíprocos con los demás países vecinos y parecidos.

Ser país con 61% del territorio con pendientes, montañas y colinas, nos da la amplia posibilidad de disponer de agua de ríos y arroyuelos; porque en ellas nacen; ayudan a convertir en agua los vientos húmedos.

Ser isla nos proporciona una biodiversidad que surge y desarrolla precisamente por la condición de no estar influida de manera directa por tierras y ambiente continentales. Dentro de la condición de país tropical, el hecho de que haya tantas montañas de diversas elevaciones y valles entre ellas aporta una diversidad de posibilidades de lluvias y de climas que se hacen diferentes entre lugares cercanos; y lo propio ocurre con la flora y fauna que desarrollan en los mismos. Lugares fríos, menos fríos, frescos y calurosos aparecen en la isla, y con estos unas determinadas flora y fauna.

Según el Atlas de Biodiversidad y Recursos Naturales de la República Dominicana, elaborado por el Ministerio de Medioambiente y Recursos Naturales, se estima que existen en la isla unas 6 mil especies vasculares, de las cuales 2,050 propias de la isla, lo que de por si habla de la importancia de nuestra biodiversidad.

Ese mismo documento, destaca la riqueza de la fauna; de 306 especies de aves localizadas son endémicas unas 30; 71 de 74 en el caso de los anfibios. Consideradas la existencia de unas 7,030 especies de invertebrados, terrestres y marinos, unas 1,750 son propias de la isla; y en cuanto a reptiles, 147 de 166 especies constatadas.

Todo esto tiene que ver con nuestra condición de isla y de ser 61% con pendientes, montañas y colinas. Son una posibilidad de desarrollo, del ecoturismo, por ejemplo.
Pero, el hecho de que seamos isla nos obliga a preservar esas montañas y colinas;  mantener  sus bosques, que son a principio y fin de cuentas los que garantizan las lluvias y estas, a su vez, las fuentes acuíferas. En las islas no hay posibilidad de extensión de las montañas, bosques y ríos.  Si se daña esas montañas, se afecta la posibilidad de contar con agua.

Por eso es negativa la política de los gobiernos de turno de concesionar territorios para la exploración y explotación minera, desconociendo la afección terrible que provocarían. Esas concesiones, que no toman en cuenta la condición de isla y de montañoso de nuestro país, están poniendo en riesgo el presente y el futuro del pueblo.

A estas amenazas hay que agregar unas naturales de la isla, cuales son, sus fallas geomorfológicas, que la exponen a terremotos; y la de estar en ruta de huracanes. Estas obligan a definir políticas de desarrollo. No son necesariamente fatalidades, sino realidades que imponen un rumbo de desarrollo, y unos cuidados en consecuencia.

La singularidad de ser isla- país con unas características, imponen una línea de desarrollo, pensado desde lo nacional para el interés nacional; así hayan complementariedades necesarias con otras realidades.


miércoles, 21 de enero de 2015

Insistir en una nueva transición como objetivo inmediato



¡En esta esquina…!
Insistir en una nueva transición como objetivo inmediato

Por: Manuel Salazar

En el 18 Brumario de Luis Bonaparte, Marx insiste en la idea de que los seres humanos debemos plantearnos solo los objetivos posibles.  Dice que “….  la humanidad se propone siempre únicamente los objetivos que puede alcanzar….”  Las tareas para alcanzar esos objetivos están determinados por circunstancias establecidas al margen de los deseos o caprichos de los seres humanos.

Y puestos a tratar sobre circunstancias, en la perspectiva de insistir en la necesidad de una nueva transición democrática como el objetivo más apremiante del momento político, no está de más recordar que la que inició tras la caída de la dictadura de Trujillo en 1961 ha terminado en un punto casi parecido al que debió negar, y se sintetiza en un régimen político centralizado, dominado por un solo partido, sustentado en una economía también centralizada, sobre los que se levantan los valores que les corresponden.

La conformación del régimen actual está en relación directa con   hechos negativos, y lamentables algunos, en todos los litorales políticos que estaban supuestos a hacerla avanzar hacia una realidad diferente.

En ese período el movimiento revolucionario perdió a Manolo y se dispersó el Movimiento Revolucionario 14 de Junio que él lideró; cayeron abatidos por la  represión cientos de militantes revolucionarios y democráticos, se dispersó y atomizó la tendencia de izquierda, y para remate  cayó Francis Caamaño en  Caracoles en 1973.

En este período también, la izquierda y el progresismo no han sabido, o podido, hacer las lecturas de coyunturas adecuadas en las que pudieron crecer y dar un salto. A planteamientos como por ejemplo el de la Constituyente, formulado cuando había un movimiento de masas vigoroso y en ascenso, le hizo el indiferente o le antepuso el tremendismo, y la asumiría tarde, cuando el auge de masas había descendido.

 Hoy es una fuerza moral, con brotes verdes, o rojos si se quiere, en algunos puntos geográficos;  pero  no es fuerza de masas todavía.

A todo esto hay que agregar dos hechos que han tenido consecuencias terribles para la causa de la democracia y la justicia social, cuales son, la escapada a través de “los liberales de Washington” de la cúpula del Partido Revolucionario Dominicano, PRD, de las posturas políticas consecuentes que levantó durante los tiempos de la dictadura y posteriores a esta. Seguido años después del abandono del discurso de liberación nacional por parte del Partido de la Liberación Dominicana, PLD, hasta convertirse hoy en la fuerza política del conservadurismo.

El resultado es que el conservadurismo está entronizado en el ambiente nacional.  En la propia izquierda y  el progresismo se expresan posiciones y actitudes que evaden plantar cara a temas que le son, o le deben ser, consustanciales a sus ideas y prácticas, como son el aborto; la igualdad de género; los derechos de la comunidad LGBT; la defensa de lo público como un componente esencial del desarrollo y la democracia; los derechos jurídicos y humanos de descendientes haitianos o de los de estos que son residentes; el Estado y la educación laica, por solo citar algunos que no encajan en el discurso y los valores dominantes, y ante los cuales prefieren callar para no enajenarse consideraciones y posibles apoyos.

Evaden tomar posición frente a esos temas, porque son conscientes de que hay una armadura conservadora en la sociedad que los rechaza, y paradójicamente pretenden erosionarla con posturas de igual signo conservador.

La izquierda y el progresismo debemos ser honestos al reconocer nuestro tamaño y actuar como aconseja Carlos Marx, proponiéndonos los objetivos posibles, que insisto son los de una transición democrática, para lo cual debemos trabajar en el sentido de unir la oposición democrática en un todos a una contra el blanco principal, que está en el poder y es el eje principal del actual régimen.  Esta política podría romper el cerco en que se desenvuelven la izquierda y el progresismo y crear una nueva ambientación política en el país en la que las ideas alternativas, de izquierda, o de ruptura se muevan con más libertad.

Hay que buscar acuerdos con los sectores más democráticos que les permitan avanzar hacia un mejor posicionamiento, acumular fuerzas. Actuar con especial interés para estar donde están las masas populares. Bajo ninguna circunstancia quedarse en declamaciones generales sin sentido práctico, ni mucho menos autoconstruyéndose pedestales de moralidad y pureza.

miércoles, 14 de enero de 2015

Los méritos de una propuesta

¡En esta esquina…!

Los méritos  de  una  propuesta

Por: Manuel Salazar

Fidel Santana, presidente y candidato del Frente Amplio, ha reiterado a los líderes de las organizaciones alternativas una propuesta para un acuerdo de programa y candidatura presidencial comunes, y desde esta realidad terciar tras la misma en la Convergencia.  La propuesta es muy simple: los alternativos se pondrían de acuerdo en un programa y un candidato o candidata, y con sus  fuerzas  así  unidas  y  las  que  sume el impacto de  ese  paso,  disputarían ideas para el programa de gobierno y la candidatura presidencial dentro de la Convergencia.

Es una iniciativa en el  sentido  de  la  unidad  hacia  el cambio de gobierno y por un cambio en la orientación multilateral del país a partir del 2016, que encierra varios méritos y deberían ser reflexionados por los destinatarios de la misma.

Pondría en escena un polo alternativo con ideas y rostros reconocidos que, por corresponder al sentimiento de unidad de una amplia franja del pueblo, crecería como conjunto y en lo adelante estaría en mejores condiciones de ganar la adhesión de  grandes  conglomerados  sociales; perspectiva con posibilidades significativas si se tiene en cuenta que en el país se está configurando otro momento de inflexión en el que miles de votantes querrían más allá del 2016 un nuevo liderazgo y mediación políticos.

Evitaría que lo alternativo se desdibuje, en un escenario que ha probado muchísimas veces que no es el mejor para esa opción y que unas y otras encuestas confirman.

Multiplicaría por mucho las posibilidades presidenciales actuales de cada una de las candidaturas alternativas, que comenzarían a moverse y hacer discursos en multitudes.

Proporcionaría a lo alternativo mucha autoridad; moral ya la tiene, y más apoyo popular para garantizar que el cambio de gobierno en el 2016 implique también un cambio en el rumbo económico y social del país.    Gran parte de las propuestas de políticas públicas de este sector en movimiento tendrían que ser necesariamente asumidas en la Convergencia,  lo  que  calificaría con mucho el programa de gobierno que resulte. Tendría autoridad suficiente además para establecer un acuerdo de alternabilidad de candidaturas y de gobierno en el tiempo dentro de la misma concertación.

Contribuiría a afirmar la tendencia del cambio, que se expresó en todo el proceso hacia las elecciones del 2012 y que fue vulnerada principalmente por los recursos puestos en acción desde el poder; tendencia que todavía existe pero amenazada precisamente por la dispersión de las fuerzas de la oposición, en casos inducida por el mismo partido en el poder.

Entraría a los alternativos por una puerta más ancha al imaginario de poder del pueblo, condición vital, casi imprescindible, para crecer fuerzas en el marco de la cultura política dominante en el país.

Presupondría, como es lógico, que el proponente y los destinatarios de la propuesta se reúnan y dialoguen de frente; reclamo que de hecho ha sido formulado por alguno de los concernidos.  Es elemental que esto ocurra, y planteada la propuesta se trataría entonces de una cuestión práctica.

 Desde luego, también presupone varios considerandos, entre estos: creer de verdad que la unidad amplia es necesaria para derrotar al PLD en el 2016; estar dispuestos a enfrentar la candidatura del oficialismo; asumir que para un proceso unitario es necesario flexibilizar posturas, hacer y recibir concesiones; superar la mala práctica advertida hace mucho tiempo por el viejo Mao Tse tung de decir sí cuando en realidad se piensa no.


Los líderes y candidaturas alternativos tienen en sus manos una propuesta de unidad  amplia  con la que,  en el contexto de los considerandos anteriores,  solo podrían ganar,  y poner  al país y al pueblo a ganar también.  

miércoles, 7 de enero de 2015

Debemos superar el país “bonsái”

Debemos superar el país “bonsái”

Por Manuel Salazar. 

A pesar de todos los recursos que continuos y diversos estudios en el tiempo han constatado, el nuestro es un país “bonsái”.

El  que  la  derecha política ha administrado con tan malos resultados para los  sectores populares y la nación misma,  fue declarado  a  principios del  siglo  20 como “Un país con futuro”, en un libro de Otto  Schoenrich  dado  a  conocer  en los días de la ocupación militar de los Estados Unidos de  Norteamérica iniciada en 1916.

Ahí se habla de las cualidades extraordinarias de dominicanos y dominicanas respecto a su espíritu laborioso, la natural vocación a la amistad y a la solidaridad. Destaca también la buena salud y la tendencia a la longevidad de los nuestros y nuestras de aquellos años.

Detalla la abundancia de bosques, madera preciosa, tierras vírgenes, regadas por ríos y arroyuelos que, según el autor, “sus aguas murmuran alegremente durante varias millas y desaparecen en la tierra tan misteriosamente como surgieron”.

Llovía. De acuerdo con datos suministrados por una estación de la Oficina de Meteorología de los Estados Unidos localizada en la ciudad de Santo Domingo: “en todas las regiones del país se producían lluvias en todos los meses del año en un rango entre ocho y dieciocho días por mes”.
Esta abundancia de agua, era también de peces para una buena alimentación del pueblo; y lo era para posibilidades de producción de energía eléctrica, habidas cuentas de la velocidad en el movimiento de los ríos y de las cascadas  que debían superar en su impetuoso recorrido.

Da constancia de grandes yacimientos  de  oro,  plata, cobre, hierro, carbón mineral, entre otros. Dice, “es muy rara la común que no tenga un depósito mineral más o menos abundante”. Afirma la existencia de platino en  Jarabacoa.

En 1939,  el dictador Trujillo recibió un informe sobre el “Reconocimiento de los Recursos Naturales de la República Dominicana”, que había encargado al Dr. Carlos E. Chardón,  de nacionalidad puertorriqueña. “La República Dominicana ha llegado al año de  1937  prácticamente virgen en lo que respecta a sus recursos naturales y al desarrollo de estos”, dice  el informe.

Otro estudio indica que todavía en los tiempos del segundo Consejo de Estado (1962- 63), presidido por Rafael  Filiberto Bonnelly, esos recursos estaban en lo fundamental intactos.

Entre paréntesis: Desde hace varios años, más en el recién pasado, sectores del pueblo hemos estado protestando en rechazo a que se explote a Loma Miranda e igual por el  contrato  que  el gobierno ha firmado con la empresa multinacional  Barrick  Gold mediante el cual se le conceden a esta de manera onerosa yacimientos de la mina de oro de Pueblo Viejo en Cotuí; con una vida útil estimada en 25 años, en la que se calculan reservas de 20.4 millones de onzas de oro, 455 millones de libras de cobre y 131.3 millones de onzas de plata. Cierra el paréntesis.

Con tan buena situación material y espiritual,   el   país   ha sido convertido en un “bonsái”;  para  ensamblar ropas y joyas en zonas francas,  o para recibir turistas.  Un país “bonsái”, al que le han cortado raíces y ramas esenciales, y así, impedido de desarrollo.  Como los árboles que pudieron ser enormes, mediante técnicas de jardinería, mediante políticas públicas en el caso del país, les fue cortado el desarrollo.

Porque correspondiendo a instrucciones e intereses foráneos, sus gobiernos descartaron explotar con fines nacionales los recursos mineros y naturales en general; hacer del cultivo de la tierra la base para el desarrollo de la agroindustria; crecer un mercado interno,  con  las   correspondientes políticas en educación y salud, entre otros servicios,  para potenciar  las fuerzas productivas criollas.

En este momento que las fuerzas de la Convergencia discuten el programa de gobierno, sería bueno que se propongan políticas públicas  para  superar este país  “bonsái”  y darle curso al interés nacional.