¡En esta esquina…!
Los méritos de
una propuesta
Por:
Manuel Salazar
Fidel
Santana, presidente y candidato del Frente Amplio, ha reiterado a los líderes
de las organizaciones alternativas una propuesta para un acuerdo de programa y
candidatura presidencial comunes, y desde esta realidad terciar tras la misma
en la Convergencia. La propuesta es muy
simple: los alternativos se pondrían de acuerdo en un programa y un candidato
o candidata, y con sus fuerzas así
unidas y las
que sume el impacto de ese paso, disputarían ideas para el programa de
gobierno y la candidatura presidencial dentro de la Convergencia.
Es
una iniciativa en el sentido de la unidad hacia el
cambio de gobierno y por un cambio en la orientación multilateral del país a
partir del 2016, que encierra varios méritos y deberían ser reflexionados por
los destinatarios de la misma.
Pondría en escena un polo
alternativo con ideas y rostros reconocidos que, por corresponder al
sentimiento de unidad de una amplia franja del pueblo, crecería como conjunto y
en lo adelante estaría en mejores condiciones de ganar la adhesión de grandes
conglomerados sociales;
perspectiva con posibilidades significativas si se tiene en cuenta que en el
país se está configurando otro momento de inflexión en el que miles de votantes
querrían más allá del 2016 un nuevo liderazgo y mediación políticos.
Evitaría que lo alternativo se
desdibuje, en un escenario que ha probado muchísimas veces que no es el mejor
para esa opción y que unas y otras encuestas confirman.
Multiplicaría por
mucho las posibilidades presidenciales actuales de cada una de las candidaturas
alternativas, que comenzarían a moverse y hacer discursos en multitudes.
Proporcionaría a
lo alternativo mucha autoridad;
moral ya la tiene, y más apoyo popular para garantizar que el cambio de
gobierno en el 2016 implique también un cambio en el rumbo económico y social
del país. Gran
parte de las propuestas de políticas públicas de este sector en movimiento
tendrían que ser necesariamente asumidas en la Convergencia, lo que calificaría con mucho el programa de gobierno
que resulte. Tendría autoridad suficiente además para establecer un acuerdo de
alternabilidad de candidaturas y de gobierno en el tiempo dentro de la misma
concertación.
Contribuiría a
afirmar la tendencia del cambio, que se expresó en todo el proceso hacia las
elecciones del 2012 y que fue vulnerada principalmente por los recursos puestos
en acción desde el poder; tendencia que todavía existe pero amenazada
precisamente por la dispersión de las fuerzas de la oposición, en casos
inducida por el mismo partido en el poder.
Entraría a los alternativos por una puerta más ancha al imaginario de poder
del pueblo, condición vital, casi imprescindible, para crecer fuerzas en el
marco de la cultura política dominante en el país.
Presupondría, como
es lógico, que el proponente y los
destinatarios de la propuesta se reúnan y dialoguen de frente; reclamo que de
hecho ha sido formulado por alguno de los concernidos. Es elemental que esto ocurra, y planteada la
propuesta se trataría entonces de una cuestión práctica.
Desde luego, también presupone varios
considerandos, entre estos: creer de verdad que la unidad amplia es necesaria
para derrotar al PLD en el 2016; estar dispuestos a enfrentar la candidatura
del oficialismo; asumir que para un proceso unitario es necesario flexibilizar
posturas, hacer y recibir concesiones; superar la mala práctica advertida hace
mucho tiempo por el viejo Mao Tse tung de decir sí cuando en realidad se piensa
no.
Los
líderes y candidaturas alternativos tienen en sus manos una propuesta de unidad
amplia
con la que, en el contexto de los
considerandos anteriores, solo podrían
ganar, y poner al país y al pueblo a ganar también.
No hay comentarios:
Publicar un comentario