Debemos superar el país “bonsái”
Por Manuel Salazar.
A
pesar de todos los recursos que continuos y diversos estudios en el tiempo han
constatado, el nuestro es un país “bonsái”.
El
que la derecha política ha administrado con tan malos resultados
para los sectores populares y la nación misma, fue declarado
a principios del siglo 20 como “Un país con futuro”, en un libro de Otto Schoenrich
dado a conocer en los días de la ocupación militar de los
Estados Unidos de Norteamérica iniciada en 1916.
Ahí
se habla de las cualidades extraordinarias de dominicanos y dominicanas
respecto a su espíritu laborioso, la natural vocación a la amistad y a la
solidaridad. Destaca también la buena salud y la tendencia a la longevidad de
los nuestros y nuestras de aquellos años.
Detalla
la abundancia de bosques, madera preciosa, tierras vírgenes, regadas por ríos y
arroyuelos que, según el autor, “sus
aguas murmuran alegremente durante varias millas y desaparecen en la tierra tan
misteriosamente como surgieron”.
Llovía.
De acuerdo con datos suministrados por una estación de la Oficina de
Meteorología de los Estados Unidos localizada en la ciudad de Santo Domingo: “en todas las regiones del país se
producían lluvias en todos los meses del año en un rango entre ocho y dieciocho
días por mes”.
Esta
abundancia de agua, era también de peces para una buena alimentación del
pueblo; y lo era para posibilidades de producción de energía eléctrica, habidas
cuentas de la velocidad en el movimiento de los ríos y de las cascadas
que debían superar en su impetuoso recorrido.
Da
constancia de grandes yacimientos de oro, plata, cobre,
hierro, carbón mineral, entre otros. Dice, “es muy rara la común que no tenga un depósito mineral más o menos
abundante”. Afirma la existencia de platino en Jarabacoa.
En
1939, el dictador Trujillo recibió un informe sobre el “Reconocimiento
de los Recursos Naturales de la República Dominicana”,
que había encargado al Dr. Carlos E. Chardón, de nacionalidad
puertorriqueña. “La República
Dominicana ha llegado al año de 1937 prácticamente virgen en lo que
respecta a sus recursos naturales y al desarrollo de estos”, dice el
informe.
Otro
estudio indica que todavía en los tiempos del segundo Consejo de Estado (1962-
63), presidido por Rafael Filiberto Bonnelly, esos recursos estaban en lo
fundamental intactos.
Entre paréntesis: Desde
hace varios años, más en el recién pasado, sectores del pueblo hemos estado
protestando en rechazo a que se explote a Loma Miranda e igual por el
contrato que el gobierno ha firmado con la empresa
multinacional Barrick Gold mediante el cual se le conceden a esta
de manera onerosa yacimientos de la mina de oro de Pueblo Viejo en Cotuí; con
una vida útil estimada en 25 años, en la que se calculan reservas de 20.4
millones de onzas de oro, 455 millones de libras de cobre y 131.3 millones de
onzas de plata. Cierra el
paréntesis.
Con
tan buena situación material y espiritual, el país ha sido
convertido en un “bonsái”; para ensamblar ropas y joyas en zonas
francas, o para recibir turistas. Un país “bonsái”, al que le han
cortado raíces y ramas esenciales, y así, impedido de desarrollo. Como
los árboles que pudieron ser enormes, mediante técnicas de jardinería, mediante
políticas públicas en el caso del país, les fue cortado el desarrollo.
Porque
correspondiendo a instrucciones e intereses foráneos, sus gobiernos descartaron
explotar con fines nacionales los recursos mineros y naturales en general;
hacer del cultivo de la tierra la base para el desarrollo de la agroindustria;
crecer un mercado interno, con las correspondientes
políticas en educación y salud, entre otros servicios, para
potenciar las fuerzas productivas criollas.
En
este momento que las fuerzas de la Convergencia discuten el programa de
gobierno, sería bueno que se propongan políticas públicas para
superar este país “bonsái” y darle curso al interés nacional.
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