martes, 14 de julio de 2015

MEMORIA 7

Por: Manuel Salazar

ESTE RELATO CONFIRMA QUE EL PCT HA TENIDO UNA VISIÓN Y PRÁCTICA DE UNIDAD;  QUE ANALIZA CADA COYUNTURA Y TOMA LA DECISIÓN TÁCTICA QUE CORRESPONDA; QUE NO TIENE POSTURAS  FIJAS, QUE COMO DEBE SER, ES FLEXIBLE EN LOS ASUNTOS TÁCTICOS, AUNQUE MANTIENE LA FIRMEZA EN LA ESTRATEGIA Y EN LOS PRINCIPIOS DE LA REVOLUCIÓN.

I.- En el 1996, no tuvimos registro electoral, porque como dije en la memoria anterior, lo perdimos en 1994.  Por tanto, no podíamos hacer ningún acuerdo formal con partido alguno.

1.- Pero ese año fue el del Frente Patriótico entre el PLD y Balaguer, con Leonel Fernández como candidato. Uno de los momentos de inflexión política en el país, como lo fue el de 1978; pero que parte de la izquierda y el progresismo no abordaron en concreto, sino con las generalidades de siempre.

En ese entonces la cuestión principal no era la candidatura de Leonel Fernández.  Lo que algunos sectores de izquierda y el progresismo no pudieron o no quisieron ver en ese pacto, es que ahí se jugaba la posibilidad del trasvase de las fuerzas sociales  del  neotrujillismo  al  PLD.   Esto era lo más concreto. Este era el aspecto  principal de  la cuestión en este momento. Lo que hoy es el PLD, se decidió en ese momento, y era la ocasión principal hasta ahora para impedirlo. Pero parte de la izquierda y el progresismo no lo vio. O no lo quiso ver, que es muy posible.

De este análisis, el PCT concluyó en que había que votar por el Dr. Peña Gómez, y así lo hizo. Le pidió al Dr. Peña Gómez que asumiera la bandera de la Constituyente y este así lo hizo.   Llamamos a votar por Peña Gómez.

No sabemos si   Fuerza  de  la  Revolución hizo el mismo análisis, pero si sabemos que militantes y dirigentes suyos votaron por  Peña Gómez, y parece que fue una decisión oficial de ese partido.

El PLD ganó esas elecciones y más que eso, se ganó a  la  mayor  parte del electorado del  balaguerismo,  y así quedó consolidado  como la fuerza política líder del conservadurismo que es hoy.

II.- En el 1998, hubo elecciones de medio tiempo, congresuales y municipales. En estas tampoco tuvimos registro electoral y por tanto no podíamos hacer pacto formal con nadie.

El Dr. Peña Gómez  fue candidato a Síndico, y doña Milagros Ortíz Bosch a Senadora; ambos por la capital.  El Dr. José Rafael Abinader fue candidato a Senador por Santiago.

En la capital, en Santiago, y San Cristóbal donde la compañera Luzeneida iba como candidata a Diputada, apoyamos las candidaturas del PRD de entonces, liderado por el Dr. Peña Gómez.  En ningún otro lugar hicimos campaña ni expresamos apoyo.  Solo en tres provincias.

III.- En el 2000 la mayor parte de la izquierda hicimos un “papelazo”. El PTD con la candidatura de González Espinoza; el PCT- MIUCA que de nuevo tenía registro, me proponía  a  mí  con fines de sacarme del anonimato; y  Fuerza de la Revolución,  instalamos una Mesa de Izquierda en busca de una candidatura común, con la determinación expresa de que la candidatura saldría de esa  Mesa de Izquierda, o de un entendimiento con  La Nueva Alternativa que tenía registro y postulaba al compañero  Ramón Almánzar  como candidato presidencial.

Había la disposición, al menos de palabra, en la citada Mesa, de buscar un acuerdo con la Nueva Alternativa.

Tras siete (7) meses de discusiones en la Mesa de Izquierda, y con emisarios hacia Nueva Alternativa, no se pudo concretar nada.

Fuerza de la Revolución decidió alejarse de la Mesa, no hacer compromiso con ninguna candidatura y llamó a No votar.

El PCT- MIUCA consideró que después de siete (7) meses discutiendo y actuando juntos en muchas cosas, lo correcto era apoyar al PTD y la candidatura de González Espinoza.  Nos parecía ilógico llamar a no votar después de andar juntos  en   esa  Mesa  con uno que sería candidato;  o saltar a apoyar la candidatura de otro litoral con  la que no habíamos compartido esfuerzos.

PCT-MIUCA envió una carta a Nueva Alternativa y la UPA,  informándoles que votaríamos por González Espinoza, pero que no vieran en ese hecho un rechazo a la candidatura de Ramón Almánzar que postulaban, sino que no habíamos tenido nunca ningún trato, mientras que con el primero habíamos estado juntos en una Mesa de Izquierda.  Les propusimos un acuerdo de “defensa común del voto” en el entendido de que ambos bloques tendríamos escasez de delegados en las mesas electorales y debíamos defendernos mutuamente allí donde  uno de los dos sectores estuviera representado.  Los compañeros Héctor Sánchez e Ignacio Rodríguez Chapini me comentarían luego en buenos términos esa actitud nuestra.

Fue un gesto de cortesía de nuestra parte, al que no estábamos obligados;  porque simplemente no teníamos ningún tipo de relaciones con la Nueva Alternativa.  Por el contrario, veníamos de enfrentamientos, y queríamos superar esa situación planteando un gesto de amistad y de cooperación.

Los resultados electorales fueron pírricos para ambos bloques.

Nótese, que en 1996 y 1998, llamamos a votar por determinadas candidaturas  del PRD.  Pero en el año 2000, promovimos la Mesa de Izquierda para una candidatura al margen del PRD, PLD y PRSC.  No se dio la candidatura única alternativa, pero nosotros honramos nuestro compromiso y votamos por González Espinoza del PTD.

Como se puede observar, aquí tampoco  tiene  asidero  la versión de   que  las tácticas electorales del PCT han apuntado siempre a pactos con partidos de derecha. Hay una parte de la izquierda que su táctica será siempre la misma, cualquiera que sea la situación. Siempre tendrán la misma táctica Pero lo que dice el abc del marxismo leninismo es que las tácticas corresponden a situaciones específicas, que no hay una táctica válida para todas las situaciones.

Los jóvenes, especialmente, deben reflexionar esas experiencias. Para que saquen sus propias lecciones.


(En la próxima Memoria trataré la experiencia del 2002 y el 2004. En el 2002 hicimos un Pacto con la Izquierda, y en el 2004 apoyamos a Ramón Almánzar y la Nueva Alternativa. Otros sectores, principalmente el  Proverbial, rechazaron apoyar la Izquierda en el 2002 y a Ramón Almánzar en el 2004. Ya veremos los detalles). 

lunes, 6 de julio de 2015

MEMORIA HISTÓRICA 6.


LAS PARTICIPACIONES ELECTORALES DEL PCT HAN SIDO CON PERSPECTIVA DE LA UNIDAD, INDEPENDENCIA DE PROPÓSITOS, CUMPLIENDO CON LA PALABRA EMPEÑADA ANTE TERCEROS, Y SOBRE LA BASE DEL ANÁLISIS CONCRETO  DE LA SITUACIÓN CONCRETA.

Manuel Salazar

II.- Nuestra segunda participación electoral tuvo lugar en 1994. Lo hicimos con la boleta del MIUCA, sin alianza con ningún partido, y en unidad con otros sectores progresistas. Al igual que en 1990, no hicimos alianza con ningún partido, ni mayoritario ni ningún otro de los del sistema.

En estas elecciones nuestro candidato fue el Padre Toño, y hasta ahora hemos callado ante la versión de muchos de que esta candidatura fue iniciativa del PCT- MIUCA, cuando la realidad es otra,  y es la siguiente:

A mediados de 1993, el PCT le planteó al Padre Toño que fuera candidato presidencial del MIUCA. La respuesta fue negativa, aunque en buenos términos. El Padre Toño nos agradeció la deferencia, pero no aceptó nuestra propuesta.
Dada la situación, una Conferencia Nacional del PCT decidió a finales de ese 1993 que ya no habría tiempo para participar en las elecciones del 16 de mayo de 1994, y optó por no intervenir en ese proceso.

Pero a inicios de 1994, Francisco Antonio Santos, Leandro Guzmán, entre otros, se acercaron a la dirección del PCT para plantearnos que debíamos llevar al Padre Toño como candidato. A lo que respondimos que con tiempo le habíamos hecho esa oferta al Padre, y este nos dijo que no, y que ya era tarde, porque el proceso electoral lo teníamos en la recta final.

Los interlocutores insistieron, incluso insinuando Francisco Antonio Santos que el PCT tenía actitudes sectarias al no aceptar la propuesta que nos hacían.
Después de varias discusiones, el PCT aceptó la propuesta de los interlocutores, asegurándose primero que el Padre Toño estaría de acuerdo.

Entre paréntesis. Esta fue una de las dos decisiones de política electoral en la historia del PCT, en la que no tuvimos unanimidad. No por rechazo al Padre Toño, sino por el factor tiempo.  Años después, ocurriría lo mismo, por la misma razón.  Cierra el paréntesis.  

Cuando iniciaron los aprestos apareció un problema. El Padre Toño requería una boleta propia, un partido propio.

Hubo entonces que salir a hacerle un partido al vapor al Padre Toño. NUEVO PODER, fue el nombre escogido;  y  en menos de un mes debíamos cumplir la tarea.
Aunque teníamos el registro electoral del MIUCA, la militancia del PCT y activistas del sector de Francisco Antonio Santos salimos a construir el nuevo partido requerido por el Padre Toño, NUEVO PODER.

Se sometió el expediente de reconocimiento ante la Junta Central Electoral. A pocas semanas, esta rechazó la solicitud.  NUEVO PODER se quedó sin registro.
Ahí casi fue Troya. Ya estábamos en marzo. Faltaba poco hacia el 16 de mayo y de por medio estaba el feriado de Semana Santa. El PCT volvió a insistir en que no había tiempo para participar. Pero el país estaba lleno de propaganda promoviendo al Padre Toño en nombre de NUEVO PODER, y él entendía que no podía devolverse.  Debía ser candidato.

El PCT hizo entonces otra concesión. Aceptó que una convención cambiara el nombre del MIUCA  por  el  de  MIUCA- NUEVO PODER.

Fue una campaña llena de traumas de todo tipo. La falta de discurso del candidato. La falta de unidad de la Coalición.  La inconformidad que en casos llegó a la renuncia, de miuquistas que no eran del PCT. Los golpeos del gobierno y la cúpula de la iglesia católica, que no aceptaron en ningún momento que uno de sus pastores optara por la militancia partidaria. Los ataques sistemáticos de un sector de la izquierda al proyecto, que hicieron del  MIUCA-NUEVO PODER el blanco de su campaña.   Una candidatura llena de obstáculos.

Aún así, mucho más de 24 mil ciudadanos marcaron la boleta. Porcentualmente, con el padrón electoral de entonces, esos casi 25 mil, equivalían a 60 mil con el padrón actual.

El PCT- MIUCA mostró desprendimiento, como lo volvería a hacer varias veces después. Primero, aceptando participar en unas elecciones para las que había decidido que ya no había tiempo de preparar una opción nueva; segundo, construyéndole un partido nuevo al Padre Toño, aunque no logró el registro electoral.  Y tercero,  modificó su nombre para complacer reclamos sectarios.

Pero al no alcanzar el porcentaje requerido, perdió su registro. En 1994.

El Dr. Peña Gómez, había ofrecido dos diputaciones en el Distrito Nacional a cambio de un retiro de nuestra candidatura. Y la respuesta fue que teníamos un compromiso con el Padre Toño y NUEVO PODER, y no podíamos aceptar su oferta.

Como curiosidad del caso, sacamos casi 25 mil votos, pero al Dr. Peña Gómez solo le faltaron 22 mil para ganar. Y otra curiosidad, el Padre Toño, antipeñagomista confeso, luego, en 1996, apoyó el Frente Patriótico, se pasó al gobierno del PLD que resultó de ese pacto; y después se fue al  PRD.

¿Habrase  visto algo semejante en algún otro momento y lugar?

Los jóvenes deben estudiar estas experiencias y procurar evitar pasar por situaciones parecidas.


(En la próxima MEMORIA, abordaré las elecciones de 1996, 1998, 2000, 2004, 2006).