lunes, 6 de julio de 2015

MEMORIA HISTÓRICA 6.


LAS PARTICIPACIONES ELECTORALES DEL PCT HAN SIDO CON PERSPECTIVA DE LA UNIDAD, INDEPENDENCIA DE PROPÓSITOS, CUMPLIENDO CON LA PALABRA EMPEÑADA ANTE TERCEROS, Y SOBRE LA BASE DEL ANÁLISIS CONCRETO  DE LA SITUACIÓN CONCRETA.

Manuel Salazar

II.- Nuestra segunda participación electoral tuvo lugar en 1994. Lo hicimos con la boleta del MIUCA, sin alianza con ningún partido, y en unidad con otros sectores progresistas. Al igual que en 1990, no hicimos alianza con ningún partido, ni mayoritario ni ningún otro de los del sistema.

En estas elecciones nuestro candidato fue el Padre Toño, y hasta ahora hemos callado ante la versión de muchos de que esta candidatura fue iniciativa del PCT- MIUCA, cuando la realidad es otra,  y es la siguiente:

A mediados de 1993, el PCT le planteó al Padre Toño que fuera candidato presidencial del MIUCA. La respuesta fue negativa, aunque en buenos términos. El Padre Toño nos agradeció la deferencia, pero no aceptó nuestra propuesta.
Dada la situación, una Conferencia Nacional del PCT decidió a finales de ese 1993 que ya no habría tiempo para participar en las elecciones del 16 de mayo de 1994, y optó por no intervenir en ese proceso.

Pero a inicios de 1994, Francisco Antonio Santos, Leandro Guzmán, entre otros, se acercaron a la dirección del PCT para plantearnos que debíamos llevar al Padre Toño como candidato. A lo que respondimos que con tiempo le habíamos hecho esa oferta al Padre, y este nos dijo que no, y que ya era tarde, porque el proceso electoral lo teníamos en la recta final.

Los interlocutores insistieron, incluso insinuando Francisco Antonio Santos que el PCT tenía actitudes sectarias al no aceptar la propuesta que nos hacían.
Después de varias discusiones, el PCT aceptó la propuesta de los interlocutores, asegurándose primero que el Padre Toño estaría de acuerdo.

Entre paréntesis. Esta fue una de las dos decisiones de política electoral en la historia del PCT, en la que no tuvimos unanimidad. No por rechazo al Padre Toño, sino por el factor tiempo.  Años después, ocurriría lo mismo, por la misma razón.  Cierra el paréntesis.  

Cuando iniciaron los aprestos apareció un problema. El Padre Toño requería una boleta propia, un partido propio.

Hubo entonces que salir a hacerle un partido al vapor al Padre Toño. NUEVO PODER, fue el nombre escogido;  y  en menos de un mes debíamos cumplir la tarea.
Aunque teníamos el registro electoral del MIUCA, la militancia del PCT y activistas del sector de Francisco Antonio Santos salimos a construir el nuevo partido requerido por el Padre Toño, NUEVO PODER.

Se sometió el expediente de reconocimiento ante la Junta Central Electoral. A pocas semanas, esta rechazó la solicitud.  NUEVO PODER se quedó sin registro.
Ahí casi fue Troya. Ya estábamos en marzo. Faltaba poco hacia el 16 de mayo y de por medio estaba el feriado de Semana Santa. El PCT volvió a insistir en que no había tiempo para participar. Pero el país estaba lleno de propaganda promoviendo al Padre Toño en nombre de NUEVO PODER, y él entendía que no podía devolverse.  Debía ser candidato.

El PCT hizo entonces otra concesión. Aceptó que una convención cambiara el nombre del MIUCA  por  el  de  MIUCA- NUEVO PODER.

Fue una campaña llena de traumas de todo tipo. La falta de discurso del candidato. La falta de unidad de la Coalición.  La inconformidad que en casos llegó a la renuncia, de miuquistas que no eran del PCT. Los golpeos del gobierno y la cúpula de la iglesia católica, que no aceptaron en ningún momento que uno de sus pastores optara por la militancia partidaria. Los ataques sistemáticos de un sector de la izquierda al proyecto, que hicieron del  MIUCA-NUEVO PODER el blanco de su campaña.   Una candidatura llena de obstáculos.

Aún así, mucho más de 24 mil ciudadanos marcaron la boleta. Porcentualmente, con el padrón electoral de entonces, esos casi 25 mil, equivalían a 60 mil con el padrón actual.

El PCT- MIUCA mostró desprendimiento, como lo volvería a hacer varias veces después. Primero, aceptando participar en unas elecciones para las que había decidido que ya no había tiempo de preparar una opción nueva; segundo, construyéndole un partido nuevo al Padre Toño, aunque no logró el registro electoral.  Y tercero,  modificó su nombre para complacer reclamos sectarios.

Pero al no alcanzar el porcentaje requerido, perdió su registro. En 1994.

El Dr. Peña Gómez, había ofrecido dos diputaciones en el Distrito Nacional a cambio de un retiro de nuestra candidatura. Y la respuesta fue que teníamos un compromiso con el Padre Toño y NUEVO PODER, y no podíamos aceptar su oferta.

Como curiosidad del caso, sacamos casi 25 mil votos, pero al Dr. Peña Gómez solo le faltaron 22 mil para ganar. Y otra curiosidad, el Padre Toño, antipeñagomista confeso, luego, en 1996, apoyó el Frente Patriótico, se pasó al gobierno del PLD que resultó de ese pacto; y después se fue al  PRD.

¿Habrase  visto algo semejante en algún otro momento y lugar?

Los jóvenes deben estudiar estas experiencias y procurar evitar pasar por situaciones parecidas.


(En la próxima MEMORIA, abordaré las elecciones de 1996, 1998, 2000, 2004, 2006).

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