LAS PARTICIPACIONES ELECTORALES DEL PCT HAN SIDO CON
PERSPECTIVA DE LA UNIDAD, INDEPENDENCIA DE PROPÓSITOS, CUMPLIENDO CON LA
PALABRA EMPEÑADA ANTE TERCEROS, Y SOBRE LA BASE DEL ANÁLISIS CONCRETO DE LA SITUACIÓN CONCRETA.
Manuel
Salazar
II.- Nuestra
segunda participación electoral tuvo lugar en 1994. Lo hicimos con la boleta
del MIUCA, sin alianza con ningún partido, y en unidad con otros sectores
progresistas. Al igual que en 1990, no
hicimos alianza con ningún partido, ni mayoritario ni ningún otro de los del
sistema.
En estas
elecciones nuestro candidato fue el Padre Toño, y
hasta
ahora hemos callado ante la versión de muchos de que esta candidatura fue
iniciativa del PCT- MIUCA, cuando la realidad es otra, y es la siguiente:
A mediados
de 1993, el PCT le planteó al Padre Toño que fuera candidato presidencial del
MIUCA. La respuesta fue negativa, aunque en buenos términos. El Padre Toño nos agradeció la deferencia,
pero no aceptó nuestra propuesta.
Dada la
situación, una Conferencia Nacional del PCT decidió a finales de ese 1993 que
ya no habría tiempo para participar en las elecciones del 16 de mayo de 1994, y
optó por no intervenir en ese proceso.
Pero a inicios de 1994, Francisco Antonio
Santos, Leandro Guzmán, entre otros, se acercaron a la dirección del PCT
para plantearnos que debíamos llevar al Padre Toño como candidato. A lo que
respondimos que con tiempo le habíamos hecho esa oferta al Padre, y este nos
dijo que no, y que ya era tarde, porque el proceso electoral lo teníamos en la
recta final.
Los
interlocutores insistieron, incluso insinuando Francisco Antonio Santos que el
PCT tenía actitudes sectarias al no aceptar la propuesta que nos hacían.
Después
de varias discusiones, el PCT aceptó la propuesta de los interlocutores, asegurándose
primero que el Padre Toño estaría de acuerdo.
Entre paréntesis. Esta fue una de las dos
decisiones de política electoral en la historia del PCT, en la que no tuvimos
unanimidad. No por rechazo al Padre Toño, sino por el factor tiempo. Años después, ocurriría lo mismo, por la
misma razón. Cierra el paréntesis.
Cuando
iniciaron los aprestos apareció un problema. El Padre Toño requería una boleta propia, un partido propio.
Hubo
entonces que salir a hacerle un partido al vapor al Padre Toño. NUEVO
PODER, fue el nombre escogido; y en
menos de un mes debíamos cumplir la tarea.
Aunque
teníamos el registro electoral del MIUCA, la militancia del PCT y activistas
del sector de Francisco Antonio Santos salimos a construir el nuevo partido
requerido por el Padre Toño, NUEVO PODER.
Se
sometió el expediente de reconocimiento ante la Junta Central Electoral. A
pocas semanas, esta rechazó la solicitud. NUEVO
PODER se quedó sin registro.
Ahí casi
fue Troya. Ya estábamos en marzo. Faltaba poco hacia el 16 de mayo y de por
medio estaba el feriado de Semana Santa. El PCT volvió a insistir en que no había
tiempo para participar. Pero el país estaba lleno de propaganda
promoviendo al Padre Toño en nombre de NUEVO PODER, y él entendía que no podía
devolverse. Debía ser candidato.
El PCT
hizo entonces otra concesión. Aceptó que una convención cambiara el nombre del
MIUCA por el
de MIUCA- NUEVO PODER.
Fue una
campaña llena de traumas de todo tipo. La falta de discurso del candidato. La
falta de unidad de la Coalición. La inconformidad que en casos llegó a la
renuncia, de miuquistas que no eran del PCT. Los golpeos del gobierno y la
cúpula de la iglesia católica, que no aceptaron en ningún momento que uno de
sus pastores optara por la militancia partidaria. Los ataques sistemáticos de
un sector de la izquierda al proyecto, que hicieron del MIUCA-NUEVO PODER el blanco de su
campaña. Una candidatura llena de obstáculos.
Aún así, mucho
más de 24 mil ciudadanos marcaron la boleta. Porcentualmente, con el padrón electoral
de entonces, esos casi 25 mil,
equivalían a 60 mil con el padrón actual.
El PCT-
MIUCA mostró desprendimiento, como lo volvería a hacer varias veces después. Primero, aceptando participar en unas
elecciones para las que había decidido que ya no había tiempo de preparar una
opción nueva; segundo,
construyéndole un partido nuevo al Padre Toño, aunque no logró el registro
electoral. Y tercero, modificó su nombre para complacer reclamos
sectarios.
Pero al no alcanzar el porcentaje requerido,
perdió su registro. En 1994.
El Dr.
Peña Gómez, había ofrecido dos diputaciones en el Distrito Nacional a cambio de
un retiro de nuestra candidatura. Y la respuesta fue que teníamos un compromiso
con el Padre Toño y NUEVO PODER, y no podíamos aceptar su oferta.
Como
curiosidad del caso, sacamos casi 25 mil votos, pero al Dr. Peña
Gómez solo le faltaron 22 mil para ganar. Y otra curiosidad, el
Padre Toño, antipeñagomista confeso, luego, en 1996, apoyó el Frente
Patriótico, se pasó al gobierno del PLD que resultó de ese pacto; y después se
fue al PRD.
¿Habrase visto algo semejante en algún otro momento y
lugar?
Los
jóvenes deben estudiar estas experiencias y procurar evitar pasar por
situaciones parecidas.
(En la próxima MEMORIA, abordaré las elecciones de 1996, 1998,
2000, 2004, 2006).
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