martes, 30 de junio de 2015

MEMORIA HISTÓRICA 5

LAS PARTICIPACIONES ELECTORALES DEL PCT HAN SIDO CON PERSPECTIVA DE LA UNIDAD, INDEPENDENCIA DE PROPÓSITOS, CUMPLIENDO CON LA PALABRA EMPEÑADA ANTE TERCEROS, Y SOBRE LA BASE  “DEL ANÁLISIS CONCRETO  DE LA SITUACIÓN CONCRETA”.

Manuel Salazar

 Las informaciones que ofrezco en la serie de MEMORIAS que inicio con esta,  desbaratan el juicio de algunos  contra nuestro partido respecto a que sus tácticas electorales han apuntado a alianzas con partidos del sistema.

 Además, ponen en relieve que somos un partido de la unidad, que cumple con lo que se compromete y que hace análisis concretos de situaciones concretas para definir sus tácticas.

I.- Nuestra primera participación electoral fue en 1990, a través de siete (7) Movimientos Municipales Independientes (La capital, Baní, San Juan de la Maguana, provincia Monte Plata, Salcedo, Nagua  y  Puerto Plata).  No hicimos ningún tipo de acuerdo con partido alguno.

Fue una política pensada y apoyada por una reflexión teórica sobre el Municipalismo.  No fue política “de oído”, ni emocional.   Varios de nuestros cuadros estudiaron previamente “Gobierno y desarrollo local”.

Y a la luz de esa experiencia en el tiempo organizamos varios Diplomados con ese tema y  ocho(8) Encuentros Internacionales sobre Experiencias de Izquierda en Gobiernos Locales, a los que vinieron destacados municipalistas, funcionarios y técnicos de izquierda en gobiernos locales de Brasil, Cuba, Ecuador, El Salvador, España, Guatemala, México, Nicaragua, Uruguay y Venezuela.

El propósito de esa política fue “darle orientación política al movimiento social, y base social a la política”, dado que desde años anteriores hacíamos parte del centro de la lucha social ascendente en el país.

(En nuestros archivos hay una amplia documentación sobre el Municipalismo y el Desarrollo Local, desde una perspectiva de Izquierda. A disposición de quienes la necesiten).
                                                 
 Parte de la izquierda  tildó esa política de  ”aldeana”, y por supuesto no la respaldaron.
29 mil 125 ciudadanos-as marcaron nuestras boletas, y de estos, 24 mil 625 lo hicieron en la capital, donde Virtudes Álvarez era la principal candidata  a  Diputada.  Esta votación alcanzaba para que los dos primeros candidatos de nuestra lista fueran electos;  y para los que llevan anotaciones,  con relación a  la cantidad de votantes de entonces de cada demarcación, esa cantidad de votos obtenidos superaba con creces el porcentaje  que hoy se exige para preservar un registro electoral.   En 1990, con mucho menos votantes que en la actualidad,  solo en siete (7) municipios, casi 30 mil ciudadanos marcaron nuestras boletas.

Pero la Junta Central Electoral solo reconoció la mitad de esos votos, que igual eran suficientes para que Virtudes Álvarez fuera Diputada. 

Don Rafael Herrera hizo un editorial el 18 de mayo en el Listín Diario, felicitando a Virtudes por haber  “llegado con sus propios  pies al Congreso”.   Días después escribió otro editorial excusándose, porque al parecer la JCE no validaría esa elección.
No hubo lugar para la “excusa” de que teníamos alianza con algún partido del sistema, porque no hubo esa alianza, y entonces  se apeló a que  era  “una política aldeana”. Pero esa tragedia, fue comedia años después, porque esos mismos que consideraron que aquella política era aldeana, años después se lanzaron a construir movimientos municipales.

Y nosotros, les apoyamos.

Los jóvenes deben reflexionar estas experiencias, para que se propongan construir un nuevo contexto para las relaciones y acción políticas, condición vital para que en nuestro país haya una renovación en todos los órdenes.


(En la próxima MEMORIA, abordaré las elecciones de 1994 y la experiencia del PADRE TOÑO).

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