Por: Manuel Salazar
No debe extrañar que desde la
dirección del Estado se puedan lograr pactos como los que están en curso hacia
la reelección. Porque dice la sabiduría
popular que “el que paga manda”, y en
la política dominicana cada vez hay más espacios para los Negociados, y es cada
vez menor el espacio para los ideales.
El espíritu de empresa ha
tomado mucho cuerpo en la política, en muchos países, y aquí también. Las posturas y posiciones electivas se miden
en términos de costo- beneficio y el dinero es el referente de esas categorías.
Y por supuesto, ese espíritu
empresarial tiene y ha tenido consecuencias negativas para los pueblos y la
soberanía de los países. Porque se financia con el presupuesto público, y este
se nutre del dinero del pueblo y de los servicios sociales que este mismo
pueblo deja de percibir del Estado.
En América Latina el espíritu
empresarial en la política inició
con Fernando Collor de Mello en Brasil(1990- 1996), que no pudo terminar
siquiera el período para el que fue electo; y continuó con Vicente Fox Quesada
en México(2000-2006) y Sebastián Piñera en Chile(2010- 2014); todos con
resultados nefastos para los pueblos de
esos países.
El Negociado político del
presupuesto público se financia también con la deuda externa, que en el corto
plazo es también un costo social para el pueblo; y en el mediano se transfiere a la soberanía
nacional, porque hipoteca recursos naturales y condiciona políticas públicas
para el desarrollo.
Hay que reconocer que el Negociado
político ha tomado mucha fuerza en el país. Subestimarlo sería
estúpido. Hay en curso un Pacto
Piñata en torno a la reelección del Presidente, de consecuencias negativas para el
pueblo que solo pueden ser estimadas, pero no calculadas
con exactitud.
Es de reconocer que el
presidente Danilo Medina es un político profesional, no llega a la política
desde el mundo empresarial. Pero
es cierto también que conoce que parte de sus aliados sorpresa son
empresarios enganchados a la política, y los atrae a la reelección desde la
lógica empresarial de costo- beneficio.
En
el país hay, por supuesto, reconocidos empresarios con vocación política, que piensan
el país desde la perspectiva política, y su condición empresarial, de clase por
supuesto, es plataforma para sus proyectos país.
Esta
es una cuestión distinta a la de llegar
a la política con la lógica empresarial y hacer de la política una plataforma
con fines empresariales.
El Negociado Piñata de marras, tiene
componentes harto conocidos.
Pero no es el país y mucho
menos es el pueblo.
Queda mucha dignidad por
doquier en el país, incluyendo dentro de
los partidos de los líderes del Negociado Piñata.
Hay partidos, grupos políticos
y sociales, y mucho pueblo que quieren un cambio, un rumbo distinto.
Se puede y se debe hacer
converger a todos estos grupos en torno a un programa mínimo de cambio, y
construir esa unidad en la movilización de mucho pueblo.
Unidad Amplia y Movilización de masas, son las coordenadas en
las que se puede encerrar y derrotar al
Negociado y Pacto Piñata.
Adelante, hay tiempo, aunque
poco; mucho espacio político e infinitas voluntades para dar millones de pasos
con el pueblo, por el pueblo y el país, por un cambio político ahora.
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