¡En esta esquina…!
Por: Manuel Salazar
La
convención del PRM salió bien; de esta se puede destacar 1.- el triunfo de Luis
Abinader, que al lograrlo con holgura potencia sus posibilidades de triunfo en
el 2016; 2.- la actitud del ex presidente Hipólito Mejía de
someterse a un escrutinio popular y aceptar sus resultados; 3.- e importa mucho
el orden en que discurrió ese evento, tema en el que hubo muchas apuestas a lo
contrario.
Esas
tres cualidades deben impactar ahora en el desarrollo de la Convergencia, dinamizándola,
resolviendo cuanto antes la candidatura del conjunto y ganando a nuevos
sectores como aliados, aunque estos prefieran hacer causa común sin hacer parte
de la misma.
La
escogencia de una candidatura en los términos en que lo hizo el PRM, debe
contribuir al desarrollo de una efectiva oposición al gobierno, de discurso con
propuestas de cambio que satisfagan los reclamos de las mayorías, y de calles y
plazas públicas.
Cabe
destacar la actitud del expresidente Hipólito Mejía de someterse a un
escrutinio popular; porque si un año atrás se hubiera propuesto asumir la candidatura presidencial de la Convergencia es casi seguro
que lo habría sido.
Pero
optó por la competencia democrática. Como
corresponde en un partido dentro de los cánones de una república.
El
orden de la Convención, deberá impactar ahora en la unidad de criterios y de
voluntad del PRM.
Abre un paréntesis para la izquierda. Convoca la atención el
hecho de que
los partidos del sistema abran la posibilidad de que sus candidaturas y
políticas sean decididas mediante procedimientos democráticos, con traumas o no;
pero con una principal propensión a la competencia de propuestas
diferentes hacia el propósito de escoger una entre varias. Y por el contrario, haya resultado poco menos
que imposible hacer algo así en el litoral de izquierda, que, dicho sea de paso,
es el que más reclama democracia al poder establecido.
Desde
mi cada vez reafirmada militancia partidaria comunista, que no cambio ni maquillo por candidatura ni cargo algunos en el Estado; y
desde la experiencia de haber hecho en más de 25 años hasta lo indecible para
que las corrientes de izquierda nos asumamos unas a otras, ganemos unidad de
candidatura y programa en procesos democráticos abiertos y competitivos, sugiero muy respetuosamente reflexionar el hecho de que hasta ahora no hayamos
podido tener competencia democrática para
ese y otros fines.
Algo
como esto solo lo intentaron sin éxito una que otra tendencia, y con ese
propósito Fidel Santana, del Frente Amplio, estuvo agitando una propuesta
durante meses hasta hace unas semanas.
Lo
dominante han sido las actitudes monárquicas de no asumir bajo ninguna
circunstancia el escrutinio ni la discusión democráticos; que prefiguran el
modelo de sociedad que se proponen, si es que, coma o al efecto, los partidos
simbolizan en sus formas y maneras el proyecto de sociedad que se proponen
construir. Porque para una sociedad democrática se necesitan demócratas. Cierra el paréntesis.
Apoyados
en el hecho positivo que han protagonizado, el PRM y Luis Abinader tienen ahora
la fortaleza, y el desafío, de aportar más que ningún otro en la oposición a la
forja de una nueva mayoría electoral, para lo que tienen que demostrar otra vez
y de inmediato la madurez y vocación democrática que han mostrado en su
convención.