Por: Manuel
Salazar
El proyecto de poder del PLD 2040, y la no existencia
del bipartidismo a la usanza tradicional, hace importante cada cualidad de
todos los opositores
Prospere o no la
iniciativa reeleccionista aprobada por el Comité Político del PLD el pasado
domingo 19 de abril, día de San Expedito, el de la llave (¡No a
la Expedita, que no es la Pepa!); hay que apuntar a derrotar la
manifestación y la fuente causal de la misma.
Derrotar la lógica del
PLD, que habiendo logrado ser él
mismo y su opuesto a la vez en la competencia entre sus dos tendencias
principales, el Danilismo y el Leonelismo, ha borrado de
momento el bipartidismo a la usanza tradicional, y se propone reeditarse en el
poder como mínimo hasta el 2040, para lo cual dispone del control de todos los
resortes del poder.
Hay que decirlo tanto
como sea necesario, este es un hecho nuevo, que solo tiene de
precedente la competencia entre Báez y Santana, del mismo bando conservador, en
el siglo 19; y requiere de posturas políticas que se correspondan con esta realidad.
Derrotar la lógica del “Asegún”
convenga, con la que el presidente y su grupo de turno, el actual y otros, valoran
las instituciones del Estado, las que acomodan a su antojo para
seguir en el poder. Desde el año 2000 hasta hoy, se han apurado reformas
constitucionales para dar paso a la reelección, y lo han hecho partidos y
líderes que, como el actual, antes de llegar a la presidencia de
la República han jurado que no apelarían a ese recurso.
Derrotar la lógica de
la centralización del poder político, que es la del régimen establecido tras la
intervención norteamericana de 1916, que impuso a Trujillo; y es la misma del
trujillismo sin Trujillo que dejó instalada la del 28 de abril de 1965, en
formatos distintos en períodos sucesivos, pero con la misma esencia económica y
política.
El proyecto del poder
continuado del PLD, como problema político principal, y ahora asumiendo la
lógica del “Asegún” convenga, le dan la
oportunidad a una oposición dispersa y en inercia causadas una y otra por
el mismo PLD- Estado, a unirse en un
gran Pacto en torno a un programa de cambios políticos, sociales y
económicos, y cierre el paso al continuismo de este momento, y al
de los que se les ocurra en el futuro.
El proyecto de poder
del PLD 2040, y la no existencia del bipartidismo a la usanza tradicional, hace
importante cada cualidad de todos los opositores, y es una oportunidad que debe
ser aprovechada para que, con las necesarias concesiones que presupone todo
acuerdo entre varios diferentes, resulte un programa y un rumbo de
transformaciones.
Derrotar la vocación
opositora a perder; que suele perder no porque el
contrario gane, sino porque no hace lo adecuado para ganar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario