¡En esta esquina…!
¡Salve
César… observemos tus advertencias!
Por: Manuel
Salazar 
En  Acento del miércoles, 6 de mayo,  el   buen 
amigo  César Pérez destaca el
ambiente favorable  para una concertación
por el cambio, y advierte sobre la necesidad de una propuesta política realista
que  la  sustente; la cual, dice, debe ser pluralista
en la metodología para acordarla y en su contenido.
Comparto
esta previsión de César, que  es  la  de  un conocedor de la política como ciencia y de
la lógica de pensamiento y práctica tubulares que rige a parte del liderazgo
político dominicano, que lamentablemente tienen asiento en la izquierda y el
progresismo.
La unidad
amplia opositora ha sido planteada hace justo tres años como necesidad   para  derrotar el  continuismo del PLD-Estado y hacer avanzar el
país en el sentido de la renovación, y es en este momento una propuesta en
primer plano.
No por
viejo, César Pérez sabe que el planteamiento  de 
unidad, más para la amplia, ha chocado siempre con cuatro actitudes que cada
una en su momento y manera han contribuido a afectarla.  Una es la del que se asume grande y
en posibilidad de imponerlo todo; otra, la del rechazo “per se”, por
la  visión de que  lo fundamental es el desarrollo de una fuerza
ante la cual graviten las demás.  Es también
 conocida  la   del  no  “entender” que un acuerdo es el resultado de
concesiones entre las partes, que en discusiones llegan a un punto
satisfactorio. 
Y, como
parte de la cultura política en nuestro medio,
topamos con  la advertida hace añales por
el viejo Mao Tse tung, que es la  de  “decir si, pero pensando no”;
obstruir la  unidad,  reclamándola, pero anteponiendo condiciones
que  los demás no podrían aceptar.
Hay un
proceso en ciernes de cambio del liderazgo político que debería dar cobertura a
un
acuerdo electoral de programa, fundamentado en un proyecto de nación de largo
plazo, que contemple la alternabilidad de liderazgo y de gobierno en el tiempo.
En los
últimos 20 y más años, que son muchos, aunque cantando tango quizás sean nada
como dijo Gardel, desde la izquierda han sido puestos en debate temas que
convertidos en políticas públicas podrían superar   la  problemática   nacional, y ser sugeridos como ejes de discusión
para desagregarlos en propuestas puntuales. Veamos:
1.-
Una Constituyente con participación del pueblo que se proponga reformar el régimen
político; desconcentrándolo y distribuyendo poderes y competencias en el
territorio e instituciones; y que entre otras cosas, inhabilite de raíz la reelección
presidencial;
2.- Impulso
de una economía nacional productiva, que garantice la soberanía alimentaria del
país, preserve y desarrolle los recursos naturales; impulse el mercado y las
fuerzas productivas nacionales;
3.-
Política de redistribución con equidad de la riqueza producida, que incluya los
salarios, la política tributaria y la inversión pública en salud, seguridad
social, educación, juventud, cultura general, y otros componentes;
4.-
Desarrollo de un sector público en la economía y los servicios, que contribuya
a desconcentrar y diversificar la  propiedad, como un componente vital del
proceso democrático y del bienestar general;
5.-
Creación de una jurisdicción especial, con tribunales integrados para cada ocasión
por  delegados y delegadas de la sociedad
para juzgar y condenar la corrupción y la impunidad;
6.-  Políticas de paridad de género en el
ejercicio estatal; 
7.-
Políticas públicas de seguridad ciudadana, focalizadas en las diversas causas
que  en  espacios territoriales diferentes generan
violencia y criminalidad;
8.-
Política de afirmación del interés nacional y de entendimiento para el
desarrollo, cooperación y buena vecindad de las naciones dominicana y haitiana
que integramos la isla; de la que surja una política migratoria atravesada por
la solidaridad y los valores humanos.
 
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