¡En esta esquina…!
Una constante en la política dominicana: alianzas y
trasvases a tener en cuenta en el pensamiento y la
práctica de la Izquierda (1 de 2)
Por: Manuel Salazar
A mi amigo Wilson Spencer, inteligente, revolucionario y
contrario a la política de Convergencia
Este es un artículo, y no un ensayo que iría más allá de
mis limitaciones, en el que apunto unas ideas que como menos despierten
discusión, hacia un abordaje más apropiado del mismo.
Lo que destaco es que las alianzas y los trasvases de
partidarios políticos de uno a otro bando, son hechos continuos
y significativos en la
historia dominicana, y deberíamos sacar las lecciones que correspondan a
la definición de unas actitudes que nos permitan como Izquierda constituirnos
en una mayoría política.
Se debe tener en
cuenta que en un preámbulo al acto de fundación de la República, el sector
independentista expresado en los Trinitarios encabezados por Juan Pablo Duarte,
pactó con un sector reformista de entre los mismos haitianos, que entonces
mantenían ocupada la parte Este de la isla, en la que hoy vivimos dominicanos y
dominicanas; alianza que tuvo por objetivo derrocar el régimen de Boyer.
La fundación de la República misma fue el resultado de una alianza táctica
entre Trinitarios y Afrancesados, sectores con concepciones políticas
contrapuestas, pero que en un momento histórico y dada una determinada
correlación de fuerzas, resultaba imprescindible para el objetivo de derrotar
el dominio haitiano y fundar la República.
Una y otra son experiencias de alianzas trascendentes.
Observemos otros hechos: el grupo de Pedro Santana, jefe
militar de la lucha contra el dominio haitiano, dominó la vida política durante
nueve años. En el sentido en que hoy se
entienden los partidos, no puede hablarse de un Partido Santanista, pero la
realidad es que el lideró un grupo que concretó la idea que desconfiaba de la
posibilidad de que la nación dominicana pudiera mantenerse organizada en Estado
libre, soberano e independiente.
Con el apoyo de algunos de ese grupo, y de
independentistas, Manuel Jiménez salió del Santanismo; fue electo presidente,
pero mantuvo el país en el mismo esquema conservador de Santana, a pesar de que
en algún momento había sido del bando Duartista, aunque tímido. Había sido Ministro de Marina y Guerra de
Santana.
Del “partido” de Santana salió también un grupo, del
Cibao, que postuló a Domingo Mallol para
presidente, pero no llegó a desarrollarse.
A este se vincularon también algunos independentistas.
Figuras importantes como Benigno Filomeno Rojas y Ulises
Francisco Espaillat, estuvieron en algún
momento en el régimen de Santana. Pero
también fueron los que aprovechando un hálito de demagogia del caudillo, en
febrero de 1854 introdujeron reformas democráticas a la Constitución
de la República.
Tras la revolución de julio de 1857, que derrocó a Báez y
en la que el grupo del Cibao jugó un
papel importante, estando ahora en el poder, hizo esfuerzos para plasmar en la
Constitución las ideas democráticas que había impulsado en
1854. Así, la Constitución de Moca de
1858, recoge parte de la Constitución de 1854, aunque es más avanzada que
aquella. La de Moca, resultó de una
“alianza” entre los del grupo liberal del Cibao: Benigno
Filomeno Rojas, Ulises Francisco
Espaillat, Pedro Bonó, Belisario
Curiel, y miembros del Santanismo
conservador. Este grupo del Cibao, sería
el eje para otro que podría denominarse
“Neo-Duartista”, alejado de Báez, pero también de Santana, y que sería básico
para la lucha anti- anexionista.
¡En esta esquina..!
Una constante en la historia dominicana: alianzas y
trasvases, a tener en cuenta en el pensamiento y la práctica de la Izquierda (2
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Por Manuel Salazar
Continuando el abordaje a rasgos generales de un
componente fundamental del partidismo dominicano que debe ser estudiado
por la Izquierda para orientar su
práctica en el curso de la historia y no fuera de ella, cabe destacar que del
“partido” de Santana, salió también el de Báez, el partido Rojo. Báez inició carrera bajo la
protección de Santana y luego rompieron.
Quiénes eran los
Rojos liderados por Báez? Eran anti-
Santanistas de la primera República y ex Santanistas.
Quiénes eran los Azules, liderados en algún momento por
Gregorio Luperón? Eran Neoduartistas,
Santanistas y desafectos del Baecismo y
su orientación general fue liberal.
Cuando por el año 1872, Báez intentó reelegirse en el
poder, contrariando el interés de algunos de su
partido de ostentar la candidatura presidencial, los del partido Azul, sucesivamente
derrotados por el caudillo del partido Rojo, encontraron la oportunidad de
salir de este, y se aliaron a la
disidencia roja. Esta alianza entre rojos y miembros del partido Azul, desplazó a
Báez del poder y lo mandó al exilio.
Manuel Altagracia Cáceres, Vicepresidente en el gobierno de Báez, fue de
los cabecillas de esta acción.
Ignacio María González, era rojo, logró atraer a seguidores del partido Azul y
devino en líder del partido Verde. Cesáreo
Guillermo fue originalmente rojo, pero llegó a Presidente con los azules. Lilís fue azul, y devino en Lilisista,
conservador dictatorial. En el Lilisismo
participaron antiguos rojos, Baecistas.
Juan Isidro Jiménes y Horacio Vásquez llegaron unidos al
gobierno un tiempo breve después del ajusticiamiento de Lilís en 1899. Luego se
enfrentaron. La lucha entre Bolos, liderados por Juan Isidro Jiménes, y Rabuses, liderados por Horacio Vásquez,
dominó un momento de nuestra historia; pero también partidarios de unos y de
otros se entrecruzaron de un lado para el otro.
Juan Isidro Jiménes apoyaría la candidatura presidencial de Alejandro
Woss y Gil, que había sido Lilisista, y uno de sus seguidores, Eugenio
Deschamps, le acompañaría como vicepresidente. A poco de instalarse este gobierno, un partidario
de los Bolos, Carlos F. Morález Languazco,
se alzaría en armas para derrocarlo, y
Bolos y Rabuses que habían sido
rivales, aparecerían juntos en una propuesta de gobierno presidida por este y
como vicepresidente, Ramón Cáceres, de la fila de esos últimos.
Más cerca a nuestros días, trujillistas
votaron por el profesor Juan Bosch en las elecciones de 1962, atraídos
por la consigna de “borrón y cuenta nueva” que este formuló en su campaña
electoral, consciente de que ajusticiado Trujillo las bases sociales de lo que
había sido su régimen quedaban dispersas. Buena parte de los trujillistas, de los partidarios de la Unión
Cívica Nacional, y de los socialcristianos, terminaron siendo seguidores de
Balaguer y el Partido Reformista. Desde 1994, y de manera más abierta y masiva
desde 1996, votantes del balaguerismo
y el PRSC comenzaron a trasvasarse hacia
la figura del Dr. Leonel Fernández y el PLD.
Estos son hechos de la historia, en notas muy generales,
pero que indican un componente del desenvolvimiento del partidismo político que
habría que estudiar más a fondo a los fines de generalizar una conclusión.
La izquierda no ha sido beneficiaria en masa de esos
trasvases constantes en la historia política dominicana. Por no conocer esa
historia y por tanto no trabajar en el curso de la misma, y por haber aparecido ante el pueblo de manera
parcial, como luchadora por reivindicaciones sociales inmediatas, y no como referente de poder.
Si como al efecto, la historia es ciencia, entonces urge
entender esos componentes y ver si se
expresan en la coyuntura en curso. Esto
hay que entenderlo y trabajarlo. Porque
es un solo pueblo con el que debemos lidiar.
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