¡En esta esquina…!
17
de diciembre para recordar y aprender.
Por: Manuel
Salazar
El
17 de diciembre del corriente año es un día que pasa a la historia marcado por
el regreso a su país de los tres héroes cubanos que quedaban presos de los
cinco que estaban en cárceles de los Estados Unidos de
Norteamérica; mismo que por la restauración de las relaciones diplomáticas y
otras derivaciones en materia económica y de migración entre este país y Cuba.
Destacan
en este resultado histórico la firmeza y perseverancia del gobierno y pueblo
de Cuba en sus reclamos y la solidaridad con estos de pueblos, gobiernos y
estados de casi todo el planeta. Y por supuesto, consta la actitud del gobierno
y de influyentes medios de comunicación
norteamericanos que, en atención a los intereses geopolíticos de su país, han
tenido la inteligencia para
entender que este necesita mejorar las posibilidades de trato con una
América Latina que no es políticamente la de 1961 y de la guerra fría, y que
está en las miras de los capitales de China, Rusia y la Unión Europea que han
echado abajo la doctrina Monroe.
La
estrategia de ganar- ganar ha sido puesta en relieve. Gana Cuba con mucho. Y
ganan los EEUU. Dos gobiernos y causas
enfrentados por más de 50 años encuentran una ocasión para lograr niveles de
entendimientos, así quede como realidad una gran cantidad de problemas con
posibilidades de otros tipos de conflictos en lo adelante.
Además de festejar el triunfo del pueblo
cubano, en este hecho hay un curso de política al que la izquierda y el
progresismo dominicanos debemos abrir las
compuertas del entendimiento y
proyectarlo a la evaluación y la toma de decisiones en la coyuntura en curso.
De
hecho, el compañero Fidel Santana, candidato y presidente del Frente Amplio,
está planteado la estrategia de ganar- ganar en la política de Convergencia y
creo se le debe escuchar por lo menos.
Pero
hay más. Del discurso pronunciado por el
presidente Raúl Castro para informar los acuerdos vale resaltar la parte en la
que reitera lo que ha sido una clave del proceso cubano para ganar cada vez más
apoyos de gobiernos y estados en medio del asedio del gobierno norteamericano,
cual es, la que dice: “Debemos aprender
el arte de convivir, de manera civilizada, con nuestras diferencias”.
Las
brisas de estos tiempos navideños suelen hacer más sensibles las almas humanas
y no estaría de más que las militancias de la izquierda y del progresismo hagamos
provecho de la ocasión para reflexionar aquella idea del discurso del
presidente Raúl Castro. Un viaje a la humanidad de cada quien caería bien y
pudiera servir a propósitos políticos ulteriores.
Uno de los hechos que
más han perturbado mi espíritu en los últimos diez años es haber constado en la
práctica que en el tratamiento de las diferencias, algunas reales y las más
ficticias, muchos y muchas militantes se han dañado en su humanidad; que la
crisis de humanidad es un componente del déficit de la izquierda y el
progresismo dominicanos para posicionarse como
fuerza de poder que se corresponda con todo su derroche de sacrificios en las
luchas por el bien de las mayorías.
Porque a la
división, que de por si es un grave problema, se ha unido de más en más la
competencia burda, y con el fanatismo que acompaña esta irracional rivalidad, aparecen también la calumnia y el
linchamiento moral contra los que se suponen competidores. El utilitarismo en nombre de la unidad; la
incapacidad de honrar una amistad con independencia de las diferencias; la poca
nobleza para reconocer méritos de otros y otras, y en fin, la deshonestidad, igual tienen
nidos.
La deshonestidad,
que es más que la práctica de apropiarse de recursos del Estado.
Crisis
de humanidad, en una palabra.
El
Che Guevara lo dijo, para la revolución es posible y necesario construir seres
humanos nuevos y en el caso de los revolucionarios y revolucionarias, esta
tarea no tiene que esperar el triunfo de aquella; por el contrario, es
condición para eso.
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