miércoles, 28 de enero de 2015

El desafío de lo alternativo: temas para una transición (1)

El desafío de lo alternativo: temas para una transición (1)

Por Manuel Salazar. 


El planteamiento de que lo alternativo pacte con la Convergencia un compromiso para un gobierno de transición a partir del 2016 requiere también  de  que  aquel  precise en su discurso cómo entiende el cambio, y no dejar las cosas en planteamientos generales que como muy bien sugiere Guillermo Cifuentes en su entrega del pasado 21 de enero aquí mismo en Acento, no expresan posturas de demarcación y pueden ser interpretadas de indistintas maneras.

Desde mi adhesión al Frente Amplio, su candidatura presidencial y propuesta programática,  sugiero  un  tema  con tres componentes para la reflexión: Cuál  país, cuál Estado, cuál desarrollo.  Comienzo por el primero.

País-Isla, enclavado en el Caribe y LatinoaméricaUna esencial cuestión a tomar en cuenta en la definición, de un rumbo de desarrollo, es el hecho de que nuestro país es una isla, esencialmente montañosa, compartida con otro Estado y enclavada en un contexto más amplio, el Caribe y América Latina.
Estas son identidades que deben ser tenidas en cuenta en cualquier proyecto de desarrollo nacional que se proponga un uso racional de sus recursos, y para establecer políticas de complementariedades y beneficios recíprocos con los demás países vecinos y parecidos.

Ser país con 61% del territorio con pendientes, montañas y colinas, nos da la amplia posibilidad de disponer de agua de ríos y arroyuelos; porque en ellas nacen; ayudan a convertir en agua los vientos húmedos.

Ser isla nos proporciona una biodiversidad que surge y desarrolla precisamente por la condición de no estar influida de manera directa por tierras y ambiente continentales. Dentro de la condición de país tropical, el hecho de que haya tantas montañas de diversas elevaciones y valles entre ellas aporta una diversidad de posibilidades de lluvias y de climas que se hacen diferentes entre lugares cercanos; y lo propio ocurre con la flora y fauna que desarrollan en los mismos. Lugares fríos, menos fríos, frescos y calurosos aparecen en la isla, y con estos unas determinadas flora y fauna.

Según el Atlas de Biodiversidad y Recursos Naturales de la República Dominicana, elaborado por el Ministerio de Medioambiente y Recursos Naturales, se estima que existen en la isla unas 6 mil especies vasculares, de las cuales 2,050 propias de la isla, lo que de por si habla de la importancia de nuestra biodiversidad.

Ese mismo documento, destaca la riqueza de la fauna; de 306 especies de aves localizadas son endémicas unas 30; 71 de 74 en el caso de los anfibios. Consideradas la existencia de unas 7,030 especies de invertebrados, terrestres y marinos, unas 1,750 son propias de la isla; y en cuanto a reptiles, 147 de 166 especies constatadas.

Todo esto tiene que ver con nuestra condición de isla y de ser 61% con pendientes, montañas y colinas. Son una posibilidad de desarrollo, del ecoturismo, por ejemplo.
Pero, el hecho de que seamos isla nos obliga a preservar esas montañas y colinas;  mantener  sus bosques, que son a principio y fin de cuentas los que garantizan las lluvias y estas, a su vez, las fuentes acuíferas. En las islas no hay posibilidad de extensión de las montañas, bosques y ríos.  Si se daña esas montañas, se afecta la posibilidad de contar con agua.

Por eso es negativa la política de los gobiernos de turno de concesionar territorios para la exploración y explotación minera, desconociendo la afección terrible que provocarían. Esas concesiones, que no toman en cuenta la condición de isla y de montañoso de nuestro país, están poniendo en riesgo el presente y el futuro del pueblo.

A estas amenazas hay que agregar unas naturales de la isla, cuales son, sus fallas geomorfológicas, que la exponen a terremotos; y la de estar en ruta de huracanes. Estas obligan a definir políticas de desarrollo. No son necesariamente fatalidades, sino realidades que imponen un rumbo de desarrollo, y unos cuidados en consecuencia.

La singularidad de ser isla- país con unas características, imponen una línea de desarrollo, pensado desde lo nacional para el interés nacional; así hayan complementariedades necesarias con otras realidades.


miércoles, 21 de enero de 2015

Insistir en una nueva transición como objetivo inmediato



¡En esta esquina…!
Insistir en una nueva transición como objetivo inmediato

Por: Manuel Salazar

En el 18 Brumario de Luis Bonaparte, Marx insiste en la idea de que los seres humanos debemos plantearnos solo los objetivos posibles.  Dice que “….  la humanidad se propone siempre únicamente los objetivos que puede alcanzar….”  Las tareas para alcanzar esos objetivos están determinados por circunstancias establecidas al margen de los deseos o caprichos de los seres humanos.

Y puestos a tratar sobre circunstancias, en la perspectiva de insistir en la necesidad de una nueva transición democrática como el objetivo más apremiante del momento político, no está de más recordar que la que inició tras la caída de la dictadura de Trujillo en 1961 ha terminado en un punto casi parecido al que debió negar, y se sintetiza en un régimen político centralizado, dominado por un solo partido, sustentado en una economía también centralizada, sobre los que se levantan los valores que les corresponden.

La conformación del régimen actual está en relación directa con   hechos negativos, y lamentables algunos, en todos los litorales políticos que estaban supuestos a hacerla avanzar hacia una realidad diferente.

En ese período el movimiento revolucionario perdió a Manolo y se dispersó el Movimiento Revolucionario 14 de Junio que él lideró; cayeron abatidos por la  represión cientos de militantes revolucionarios y democráticos, se dispersó y atomizó la tendencia de izquierda, y para remate  cayó Francis Caamaño en  Caracoles en 1973.

En este período también, la izquierda y el progresismo no han sabido, o podido, hacer las lecturas de coyunturas adecuadas en las que pudieron crecer y dar un salto. A planteamientos como por ejemplo el de la Constituyente, formulado cuando había un movimiento de masas vigoroso y en ascenso, le hizo el indiferente o le antepuso el tremendismo, y la asumiría tarde, cuando el auge de masas había descendido.

 Hoy es una fuerza moral, con brotes verdes, o rojos si se quiere, en algunos puntos geográficos;  pero  no es fuerza de masas todavía.

A todo esto hay que agregar dos hechos que han tenido consecuencias terribles para la causa de la democracia y la justicia social, cuales son, la escapada a través de “los liberales de Washington” de la cúpula del Partido Revolucionario Dominicano, PRD, de las posturas políticas consecuentes que levantó durante los tiempos de la dictadura y posteriores a esta. Seguido años después del abandono del discurso de liberación nacional por parte del Partido de la Liberación Dominicana, PLD, hasta convertirse hoy en la fuerza política del conservadurismo.

El resultado es que el conservadurismo está entronizado en el ambiente nacional.  En la propia izquierda y  el progresismo se expresan posiciones y actitudes que evaden plantar cara a temas que le son, o le deben ser, consustanciales a sus ideas y prácticas, como son el aborto; la igualdad de género; los derechos de la comunidad LGBT; la defensa de lo público como un componente esencial del desarrollo y la democracia; los derechos jurídicos y humanos de descendientes haitianos o de los de estos que son residentes; el Estado y la educación laica, por solo citar algunos que no encajan en el discurso y los valores dominantes, y ante los cuales prefieren callar para no enajenarse consideraciones y posibles apoyos.

Evaden tomar posición frente a esos temas, porque son conscientes de que hay una armadura conservadora en la sociedad que los rechaza, y paradójicamente pretenden erosionarla con posturas de igual signo conservador.

La izquierda y el progresismo debemos ser honestos al reconocer nuestro tamaño y actuar como aconseja Carlos Marx, proponiéndonos los objetivos posibles, que insisto son los de una transición democrática, para lo cual debemos trabajar en el sentido de unir la oposición democrática en un todos a una contra el blanco principal, que está en el poder y es el eje principal del actual régimen.  Esta política podría romper el cerco en que se desenvuelven la izquierda y el progresismo y crear una nueva ambientación política en el país en la que las ideas alternativas, de izquierda, o de ruptura se muevan con más libertad.

Hay que buscar acuerdos con los sectores más democráticos que les permitan avanzar hacia un mejor posicionamiento, acumular fuerzas. Actuar con especial interés para estar donde están las masas populares. Bajo ninguna circunstancia quedarse en declamaciones generales sin sentido práctico, ni mucho menos autoconstruyéndose pedestales de moralidad y pureza.

miércoles, 14 de enero de 2015

Los méritos de una propuesta

¡En esta esquina…!

Los méritos  de  una  propuesta

Por: Manuel Salazar

Fidel Santana, presidente y candidato del Frente Amplio, ha reiterado a los líderes de las organizaciones alternativas una propuesta para un acuerdo de programa y candidatura presidencial comunes, y desde esta realidad terciar tras la misma en la Convergencia.  La propuesta es muy simple: los alternativos se pondrían de acuerdo en un programa y un candidato o candidata, y con sus  fuerzas  así  unidas  y  las  que  sume el impacto de  ese  paso,  disputarían ideas para el programa de gobierno y la candidatura presidencial dentro de la Convergencia.

Es una iniciativa en el  sentido  de  la  unidad  hacia  el cambio de gobierno y por un cambio en la orientación multilateral del país a partir del 2016, que encierra varios méritos y deberían ser reflexionados por los destinatarios de la misma.

Pondría en escena un polo alternativo con ideas y rostros reconocidos que, por corresponder al sentimiento de unidad de una amplia franja del pueblo, crecería como conjunto y en lo adelante estaría en mejores condiciones de ganar la adhesión de  grandes  conglomerados  sociales; perspectiva con posibilidades significativas si se tiene en cuenta que en el país se está configurando otro momento de inflexión en el que miles de votantes querrían más allá del 2016 un nuevo liderazgo y mediación políticos.

Evitaría que lo alternativo se desdibuje, en un escenario que ha probado muchísimas veces que no es el mejor para esa opción y que unas y otras encuestas confirman.

Multiplicaría por mucho las posibilidades presidenciales actuales de cada una de las candidaturas alternativas, que comenzarían a moverse y hacer discursos en multitudes.

Proporcionaría a lo alternativo mucha autoridad; moral ya la tiene, y más apoyo popular para garantizar que el cambio de gobierno en el 2016 implique también un cambio en el rumbo económico y social del país.    Gran parte de las propuestas de políticas públicas de este sector en movimiento tendrían que ser necesariamente asumidas en la Convergencia,  lo  que  calificaría con mucho el programa de gobierno que resulte. Tendría autoridad suficiente además para establecer un acuerdo de alternabilidad de candidaturas y de gobierno en el tiempo dentro de la misma concertación.

Contribuiría a afirmar la tendencia del cambio, que se expresó en todo el proceso hacia las elecciones del 2012 y que fue vulnerada principalmente por los recursos puestos en acción desde el poder; tendencia que todavía existe pero amenazada precisamente por la dispersión de las fuerzas de la oposición, en casos inducida por el mismo partido en el poder.

Entraría a los alternativos por una puerta más ancha al imaginario de poder del pueblo, condición vital, casi imprescindible, para crecer fuerzas en el marco de la cultura política dominante en el país.

Presupondría, como es lógico, que el proponente y los destinatarios de la propuesta se reúnan y dialoguen de frente; reclamo que de hecho ha sido formulado por alguno de los concernidos.  Es elemental que esto ocurra, y planteada la propuesta se trataría entonces de una cuestión práctica.

 Desde luego, también presupone varios considerandos, entre estos: creer de verdad que la unidad amplia es necesaria para derrotar al PLD en el 2016; estar dispuestos a enfrentar la candidatura del oficialismo; asumir que para un proceso unitario es necesario flexibilizar posturas, hacer y recibir concesiones; superar la mala práctica advertida hace mucho tiempo por el viejo Mao Tse tung de decir sí cuando en realidad se piensa no.


Los líderes y candidaturas alternativos tienen en sus manos una propuesta de unidad  amplia  con la que,  en el contexto de los considerandos anteriores,  solo podrían ganar,  y poner  al país y al pueblo a ganar también.  

miércoles, 7 de enero de 2015

Debemos superar el país “bonsái”

Debemos superar el país “bonsái”

Por Manuel Salazar. 

A pesar de todos los recursos que continuos y diversos estudios en el tiempo han constatado, el nuestro es un país “bonsái”.

El  que  la  derecha política ha administrado con tan malos resultados para los  sectores populares y la nación misma,  fue declarado  a  principios del  siglo  20 como “Un país con futuro”, en un libro de Otto  Schoenrich  dado  a  conocer  en los días de la ocupación militar de los Estados Unidos de  Norteamérica iniciada en 1916.

Ahí se habla de las cualidades extraordinarias de dominicanos y dominicanas respecto a su espíritu laborioso, la natural vocación a la amistad y a la solidaridad. Destaca también la buena salud y la tendencia a la longevidad de los nuestros y nuestras de aquellos años.

Detalla la abundancia de bosques, madera preciosa, tierras vírgenes, regadas por ríos y arroyuelos que, según el autor, “sus aguas murmuran alegremente durante varias millas y desaparecen en la tierra tan misteriosamente como surgieron”.

Llovía. De acuerdo con datos suministrados por una estación de la Oficina de Meteorología de los Estados Unidos localizada en la ciudad de Santo Domingo: “en todas las regiones del país se producían lluvias en todos los meses del año en un rango entre ocho y dieciocho días por mes”.
Esta abundancia de agua, era también de peces para una buena alimentación del pueblo; y lo era para posibilidades de producción de energía eléctrica, habidas cuentas de la velocidad en el movimiento de los ríos y de las cascadas  que debían superar en su impetuoso recorrido.

Da constancia de grandes yacimientos  de  oro,  plata, cobre, hierro, carbón mineral, entre otros. Dice, “es muy rara la común que no tenga un depósito mineral más o menos abundante”. Afirma la existencia de platino en  Jarabacoa.

En 1939,  el dictador Trujillo recibió un informe sobre el “Reconocimiento de los Recursos Naturales de la República Dominicana”, que había encargado al Dr. Carlos E. Chardón,  de nacionalidad puertorriqueña. “La República Dominicana ha llegado al año de  1937  prácticamente virgen en lo que respecta a sus recursos naturales y al desarrollo de estos”, dice  el informe.

Otro estudio indica que todavía en los tiempos del segundo Consejo de Estado (1962- 63), presidido por Rafael  Filiberto Bonnelly, esos recursos estaban en lo fundamental intactos.

Entre paréntesis: Desde hace varios años, más en el recién pasado, sectores del pueblo hemos estado protestando en rechazo a que se explote a Loma Miranda e igual por el  contrato  que  el gobierno ha firmado con la empresa multinacional  Barrick  Gold mediante el cual se le conceden a esta de manera onerosa yacimientos de la mina de oro de Pueblo Viejo en Cotuí; con una vida útil estimada en 25 años, en la que se calculan reservas de 20.4 millones de onzas de oro, 455 millones de libras de cobre y 131.3 millones de onzas de plata. Cierra el paréntesis.

Con tan buena situación material y espiritual,   el   país   ha sido convertido en un “bonsái”;  para  ensamblar ropas y joyas en zonas francas,  o para recibir turistas.  Un país “bonsái”, al que le han cortado raíces y ramas esenciales, y así, impedido de desarrollo.  Como los árboles que pudieron ser enormes, mediante técnicas de jardinería, mediante políticas públicas en el caso del país, les fue cortado el desarrollo.

Porque correspondiendo a instrucciones e intereses foráneos, sus gobiernos descartaron explotar con fines nacionales los recursos mineros y naturales en general; hacer del cultivo de la tierra la base para el desarrollo de la agroindustria; crecer un mercado interno,  con  las   correspondientes políticas en educación y salud, entre otros servicios,  para potenciar  las fuerzas productivas criollas.

En este momento que las fuerzas de la Convergencia discuten el programa de gobierno, sería bueno que se propongan políticas públicas  para  superar este país  “bonsái”  y darle curso al interés nacional.


miércoles, 31 de diciembre de 2014

El año de la responsabilidad

¡En esta esquina…!

El  año  de  la responsabilidad

Por : Manuel Salazar


Llega el 2015 de muchas expectativas políticas y sociales y de convocatoria a la responsabilidad de los sectores de la oposición.

Y es de rigor desear de todo corazón  que este sea lo mejor posible para el pueblo dominicano.

A  pesar   de   lo  difícil  que  son  las  condiciones en que mal viven las mayorías y de lo estropeados que están los componentes básicos de la nación, hay que alentar el optimismo y perseverar en la idea de que las cosas pueden cambiar para mejor en el país.  No debemos derrotarnos a nosotros mismos permitiendo que el pesimismo caiga sobre nuestros espíritus y lacere la voluntad de continuar en el esfuerzo por el cambio.

Desde luego que la responsabilidad principal para alentar el optimismo corresponde a los políticos y activistas del movimiento popular que somos oposición, y debemos actuar de manera que ese deseo tenga realismo y    no   se   quede  en  un recurso  literario. Nos corresponde hacer una oposición útil, efectiva, no de opinión; que se proponga arrancarle al gobierno reivindicaciones sentidas por las mayorías populares.

Para solo señalar algunos, el 2015 hereda cualquier cantidad de asuntos problemáticos para la nación y el pueblo: 600 concesiones del territorio nacional entre estas Loma Miranda, para la exploración y explotación de recursos naturales y mineros por parte de empresas privadas, con la agravante terrible de que en estos territorios se encuentran y podrían ser dañadas las principales cuencas acuíferas que proporcionan agua a gran parte del país.  Además, hay en curso un proyecto de privatización del agua, auspiciado por cúpulas del empresariado y parte también del oficialismo, aunque es justo decir que hay funcionarios públicos que lo rechazan.  Igual, queda  en  relieve  la perspectiva de si la corrupción y la impunidad serán condenadas, y lo propio sobre  los feminicidios, que hasta estos días últimos han seguido generando luto y estupor en la sociedad.

Recibe también el aumento de impuestos tremendos como el ITBIS que aumenta del 11 al 13%  reduciendo más la capacidad de compra del exiguo salario de los que tienen suerte de tenerlo. Antes de este aumento impositivo el salario mínimo mayor del país que es de poco más de 11 mil pesos, apenas alcanzaba para cubrir el 40% de la canasta familiar calculada por el Banco Central,  y  ahora apenas alcanzará para un 30%.

Consideremos también que en los días últimos del año que cierra el Dr. Leonel Fernández reafirmó su juicio de que el PLD ganará las elecciones del 2016 y  que  en este 2015 ese partido saldrá unido a las calles con una candidatura, coronando la seguridad de sus afirmaciones con  un  llamado a sus principales aliados a  proponerse  entregar  el  país  en  el 2044  en la ruta hacia una fase superior de progreso.

Ese  discurso  procura  elevar la subjetividad de los suyos para la competencia electoral y a la vez reducir  la de los opositores.

Hechos   y   dichos   suficientes   han habido desde el oficialismo para  desafiar en el año que inicia  la responsabilidad de los sectores que se asumen oposición. Nos corresponde superar la dispersión de las fuerzas opositoras que es la que da aliento al continuismo, y por eso la trabaja de múltiples y hasta de imperceptibles maneras.

Este 2015 es año vital para estructurar una fuerza que pueda derrotar al continuismo, ser gobierno y cambiar el país en un sentido positivo.  Este es el año para hacerlo.  Mejor si es en sus inicios. En   ese   esfuerzo todos los sectores de la oposición somos necesarios, y, como el que más tiene da más, el PRM  está  en  la enorme responsabilidad de decidir bien sus asuntos internos; atreverse a la oposición de calles y plazas públicas, y a mostrar en la práctica una resuelta disposición al compromiso programático para un !fuera y cambio!


lunes, 22 de diciembre de 2014

17 de diciembre para recordar y aprender

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17 de diciembre para recordar y aprender.

Por: Manuel Salazar

El 17 de diciembre del corriente año es un día que pasa a la historia marcado por el regreso a su país de los tres héroes cubanos que quedaban presos de los cinco que  estaban   en cárceles de los Estados Unidos de Norteamérica; mismo que por la restauración de las relaciones diplomáticas y otras derivaciones en materia económica y de migración entre este país y Cuba.

Destacan en este resultado histórico  la  firmeza y perseverancia del gobierno y pueblo de Cuba en sus reclamos y la solidaridad con estos de pueblos, gobiernos y estados de casi todo el planeta. Y por supuesto, consta la actitud del gobierno y de  influyentes medios de comunicación norteamericanos que, en atención a los intereses geopolíticos de su país, han tenido la  inteligencia  para   entender que este necesita mejorar las posibilidades de trato con una América Latina que no es políticamente la de 1961 y de la guerra fría, y que está en las miras de los capitales de China, Rusia y la Unión Europea que han echado abajo la doctrina Monroe.

La estrategia de ganar- ganar ha sido puesta en relieve. Gana Cuba con mucho. Y ganan los EEUU.  Dos gobiernos y causas enfrentados por más de 50 años encuentran una ocasión para lograr niveles de entendimientos, así quede como realidad una gran cantidad de problemas con posibilidades de otros tipos de conflictos en lo adelante.

 Además de festejar el triunfo del pueblo cubano, en este hecho hay un curso de política al que la izquierda y el progresismo dominicanos   debemos  abrir  las compuertas del  entendimiento y proyectarlo a la evaluación y la toma de decisiones en la coyuntura en curso.

De hecho, el compañero Fidel Santana, candidato y presidente del Frente Amplio, está planteado la estrategia de ganar- ganar en la política de Convergencia y creo se le debe escuchar por lo menos.

Pero hay más.  Del discurso pronunciado por el presidente Raúl Castro para informar los acuerdos vale resaltar la parte en la que reitera lo que ha sido una clave del proceso cubano para ganar cada vez más apoyos de gobiernos y estados en medio del asedio del gobierno norteamericano, cual es, la que dice: “Debemos aprender el arte de convivir, de manera civilizada, con nuestras diferencias”. 

Las brisas de estos tiempos navideños suelen hacer más sensibles las almas humanas y no estaría de más que las militancias de la izquierda y del progresismo hagamos provecho de la ocasión para reflexionar aquella idea del discurso del presidente Raúl Castro. Un viaje a la humanidad de cada quien caería bien y pudiera servir a propósitos políticos ulteriores.

Uno de los hechos que más han perturbado mi espíritu en los últimos diez años es haber constado en la práctica que en el tratamiento de las diferencias, algunas reales y las más ficticias, muchos y muchas militantes se han dañado en su humanidad; que la crisis de humanidad es un componente del déficit de la izquierda y el progresismo dominicanos para posicionarse como fuerza de poder que se corresponda con todo su derroche de sacrificios en las luchas por el bien  de las mayorías.

Porque  a  la división, que de por si es un grave problema, se ha unido de más en más la competencia burda, y con el fanatismo que acompaña esta irracional rivalidad,  aparecen también la calumnia y el linchamiento moral contra los que se suponen competidores.  El utilitarismo en nombre de la unidad; la incapacidad de honrar una amistad con independencia de las diferencias; la poca nobleza para reconocer méritos de otros y otras, y en fin, la deshonestidad,  igual  tienen nidos.
La deshonestidad, que es más que la práctica de apropiarse de recursos del Estado.

Crisis de humanidad, en una palabra.


El Che Guevara lo dijo, para la revolución es posible y necesario construir seres humanos nuevos y en el caso de los revolucionarios y revolucionarias, esta tarea no tiene que esperar el triunfo de aquella; por el contrario, es condición para eso.

jueves, 18 de diciembre de 2014

Pactar un gobierno de transición

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Pactar un gobierno de transición

Por: Manuel Salazar

Puede que a muchos resulte chocante el reclamo de un gobierno para una transición democrática como propósito político inmediato, porque lo que se conoce en nuestro país es que algo así corresponde para dejar atrás regímenes totalitarios como los de Trujillo aquí, Pinochet en Chile, Franco en España y otros tantos que harían larga la lista.

Aquí inició una tras la caída de la dictadura de Trujillo en 1961; sazonada por tanto tiempo, y tanto esperó el pueblo sus beneficios sin que llegaran, que  el  reclamo se esfumó sin más ni  más,  y se la  recordó de manera fugaz un día que el ex presidente Leonel Fernández la dio por concluida tras resaltar los logros de su gobierno último (2008- 2012).

Además, así no hayan crímenes, ni presos ni deportados políticos como los había en tiempos de Trujillo, tampoco se conoce   en momento y lugar algunos que un proceso de ese tipo haya  concluido  en  resultados tan parecidos a los que debió superar  en materia de distribución de la riqueza y de democracia con justicia social.

De la dictadura de Trujillo  transitamos a  una realidad como la actual, que tiene entre sus componentes  más  sobresalientes  la  concentración  de  los eslabones principales de la economía en pocas manos y en algunos municipios, y su correspondiente impronta en el régimen político e institucional.

Cuando Trujillo, una mano tenía casi todo el poder económico; se ha dicho que el   85-90% de las empresas.   Cincuentitrés años después, poco más de veinte controlan lo que aquella tenía, y mucho más.  Por esa misma cualidad de la economía dominicana, casi el 80% del crédito de los bancos va dirigido a un grupo muy pequeño y se concentra en el Distrito Nacional y unas cuantas provincias; lo propio ocurre con la inversión pública y privada, y por eso también  el mercado de valores no ha podido ser más dinámico, porque más que compañías por acciones, las empresas han sido de familias y difícilmente van a la bolsa a poner acciones en venta para capitalizarse y abrir así la posibilidad de que la  propiedad se diversifique.

En cuanto al  régimen  político e institucional,  no es como en la dictadura de Trujillo.  No lo es;  pero ha sido centralizado en manos de unas cúpulas y ha devenido en una “dictadura perfecta” en la que un solo partido controla todas las instancias y resortes del poder, dispone de la sustancia económica que le da sentido, en el marco de una constitución y leyes adjetivas  elaboradas y monitoreadas por esa voluntad política.

En este caso, la transición democrática que ahora nos desafía, debe proponerse superar lo que estudiosos de las transiciones han caracterizado como “una democracia restringida”; que en el caso dominicano se mueve  hacia  menos  desde  la condición de “democracia de electores” en la que  avanzó en el período 1996-2004, y comenzó a declinar en este año último, justo cuando el  PLD inició la tendencia  a afirmarse como partido único en la dirección del Estado.

La aspiración mínima, básica, de un gobierno de transición para ulteriores cambios, debería ser una sustancial democratización, desconcentración y equidad del régimen político y de la propiedad económica; la recuperación de la propiedad pública como factor de desarrollo y democracia; la renovación del   liderazgo político; participación directa y efectiva  de las mayorías populares en las decisiones políticas sustantivas y la distribución de la riqueza, entre otros. 

Para esto hay una gran oportunidad en la política de Convergencia con perspectivas hacia el  2016.  Digo en la política de Convergencia, que no es necesariamente la expresión orgánica, en tanto en esta faltan todavía importantes sectores que deberían suscribirla,  para  un gobierno de transición.


Esta transición pudiera darse por vía revolucionaria, es el ideal en que milito. Pero como revolucionario orientado en la ciencia, me ciño al concepto de correlación de fuerzas, y  se que las fuerzas progresistas y de izquierda no bastan en este momento para trazar un rumbo propio; y en ese entendido, lo pertinente es la concertación electoral amplia de los sectores democráticos de la oposición en torno a un programa de gobierno con aquel propósito.